miércoles, 8 de diciembre de 2010


Puedo ponerme cursi y decir

que sus labios me saben igual que los labios que beso en mis sueños,

Puedo ponerme triste y decir

que me basta con ser su enemiga, su todo, su esclava, su fiebre, su dueña

y si quiere también puedo ser su estación y su tren,

su mal y su bien, su pan y su vino,

su pecado, su Dios, su asesina, o tal vez esa sombra que se tumba a su lado en la alfombra

a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea.

Puedo ponerme humilde y decir

que no soy la mejor, que me falta valor para atarla a mi cama,

puedo ponerme digna y decir

"toma mi dirección.. cuando te hartes de amores baratos, de un rato me llamas"

y si quiere también puedo ser su trapecio y su red, su adiós y su ven, su manta y su frío,

su resaca, su lunes, su hastío o tal vez el viento que no la arranca del aburrimiento y

la deja abrazada a la luna, en la calle y desnuda.

Y si quiere también puedo ser su abogada y su juez,

su miedo y su fé, su noche y su día, su rencor, su agonía...










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