sábado, 17 de diciembre de 2011

LAS PASTILLAS DEL ABUELO me enseñaron que no hay nada que un par de besos no pudieran remendar, que es duro aprender amar,  que siempre queda UNA VUELTA DE TUERCA MÁS y que si tropiezo ya no es fatal, que el pasado nunca es en vano, que UNO MÁS UNO DIO TRES, que bien parado o en la lona hay que ser buena persona, que mentirse tiene patas muy cortas y siempre la costumbre va a matar al placer,  que no tenés que quemarte la cabeza por un poco de placer, que hay que SABER CUANDO PARAR, que no hay arma más seductora que contestar siempre la verdad, que NO HAY DONDE ESCONDER TANTAS MANOS, que la imitación es el peor suicidio, que no todo lo que brilla es oro, que durmiendo en soledad se duerme abrazado a los miedos, que “menos, más, mejor, peor, muy, tan'' son trampas de la mente, que tan ambiciosa como ansiosa puede tornarse la mente, tan reflexiva como influyente, organiza, clasifica, ordena, sí, pero a la vez limita y que también las heridas más profundas se vuelven superficiales, que no hay que perderla costumbre de ir adentro nuestro cada tanto a ver qué tan felices somos y que todo se conecta de algún modo y te sorprende, que serás aquello en lo que enfoques, que es el amor el que hace la revolución, que hay que vivir con FUERZA, LOCURA Y LIBERTAD! 


Que las crisis son DESAFIOS!



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