Ella estaba limpiando, semi-desnuda, limpiaba la bañera, y yo la deseaba, como desee pocas cosas en mi vida.
La veía agachada, con la piel mojada, colorada de tanto fregar, despeinada, sus pechos caían y se mecían al ritmo en que se movía, con fuerza. Su ropa interior estaba ajustada y yo tenia en mi mente ese paraíso al que me lleva cuando me toca.
No podía dejar de mirarla, estaba hermosa, mas que de costumbre, tenia guantes anaranjado y las manos sucias. Todo olía muy fuerte por los químicos de limpieza, pero aun así yo sentía el perfume de su pelo. Necesitaba su cuerpo tibio pegado al mio.